Por segundo día consecutivo, la Basílica de San Pedro sigue recibiendo a miles de fieles que se acercan a dar el último adiós al papa Francisco. La afluencia de personas supera ya la registrada el miércoles, cuando más de 45.000 personas desfilaron frente al féretro del pontífice.
Ante la masiva concurrencia y la llegada de líderes internacionales, el gobierno italiano ha desplegado un amplio operativo de seguridad en Roma, con especial atención a los días previos al funeral. Se espera que la presencia de figuras de alto perfil incremente la asistencia, que ya se perfila como histórica.
Entre los asistentes confirmados al funeral figuran el presidente de Estados Unidos, Donald Trump; el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski; el presidente argentino, Javier Milei; y el príncipe William del Reino Unido.
Protección Civil estima que varias centenas de miles de personas podrían llegar a Roma durante el fin de semana largo por un feriado nacional, lo que plantea un nuevo desafío logístico y de seguridad para las autoridades.
Tras la ceremonia fúnebre, el cuerpo del papa Francisco será trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor, uno de los lugares que más frecuentaba en vida. Allí se cumplirá su última voluntad: ser sepultado en una tumba sencilla.
El Vaticano informó este jueves que, desde que se abrieron las puertas al público el miércoles a las 11:00 (09:00 GMT), unas 61.000 personas han pasado ante los restos del pontífice. El acceso a la Basílica permanecerá abierto hasta el viernes a las 20:00 horas.
Mientras tanto, en la Plaza de San Pedro, una fila de más de dos kilómetros se extiende alrededor del templo, donde miles de personas esperan pacientemente para ingresar y rendir homenaje al papa fallecido.
El Vaticano también anunció que la Capilla Sixtina cerrará al público a partir del lunes 28 de abril, con el fin de preparar el Cónclave que elegirá al sucesor de Francisco. Aún no se ha confirmado la fecha de inicio del proceso.
Según un comunicado de los Museos Vaticanos, el cierre responde a las «necesidades del Cónclave». La Capilla Sixtina, una de las joyas del Renacimiento, recibe anualmente a más de cinco millones de visitantes.
Durante el Cónclave, los cardenales se reunirán bajo estrictas medidas de confidencialidad. Como dicta la tradición, se instalará una chimenea en el techo de la capilla desde donde se observará el humo blanco que anunciará la elección del nuevo papa.
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