Un grupo de trabajo ligado a Elon Musk, creado inicialmente para reducir el tamaño del gobierno federal, está desarrollando un ambicioso plan: permitir que Estados Unidos venda visados especiales de inmigración por 5 millones de dólares cada uno. El expresidente Donald Trump ha calificado estas visas como “tarjetas doradas”.
Ingenieros del entorno de Musk están colaborando con funcionarios del Departamento de Estado, Seguridad Nacional y el Servicio de Ciudadanía e Inmigración para diseñar un sitio web y un proceso de solicitud, según confirmaron tres fuentes conocedoras del proyecto y documentos revisados por The New York Times.
El plan marca un giro en la misión original del llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), centrado en recortes presupuestarios, que ahora busca generar ingresos para el gobierno.
A fines de febrero, Trump presentó públicamente la idea de las “tarjetas doradas”, destinadas a personas de “muy alto nivel” como una nueva vía hacia la ciudadanía estadounidense. Junto al secretario de Comercio, Howard Lutnick, ofreció pocos detalles, pero sugirió que el programa reemplazaría a la visa EB-5, que otorga residencia permanente a extranjeros que invierten entre 800.000 y 1,05 millones de dólares en EE. UU. y generan al menos 10 empleos. Solo en el último año, ese programa aportó unos 4.000 millones de dólares al erario.
El proyecto está liderado por Marko Elez y Edward Coristine, miembros del DOGE. Ambos han mantenido reuniones con representantes de diversas agencias encargadas del sistema migratorio para identificar procesos existentes que puedan adaptarse a este nuevo modelo acelerado.
Ni la Casa Blanca ni el Departamento de Seguridad Nacional respondieron a solicitudes de comentarios. El Departamento de Estado redirigió las preguntas a la Casa Blanca.
Lutnick aseguró en un pódcast reciente que había vendido “mil visas” el día anterior, aunque una fuente cercana al proyecto aclaró que aún no se había recibido ningún pago.
“Con una gold card —lo que antes era una green card— se convierte en residente permanente de EE. UU.”, explicó Lutnick, insinuando que la mayoría de los beneficiarios no llegarán a la ciudadanía. “Pagan 5 millones de dólares y tienen derecho a estar en Estados Unidos, siempre que sean buenas personas, pasen la investigación de antecedentes y no violen la ley”.
Según Lutnick, Musk ya está desarrollando el software necesario y el lanzamiento del programa está previsto para dentro de dos semanas. A principios de abril, Trump mostró una tarjeta plastificada con su imagen, la Estatua de la Libertad y un águila calva a bordo del Air Force One, anunciando su debut “en menos de dos semanas”. Este jueves, Lutnick actualizó el plazo: “una semana y media”.
El equipo técnico sigue afinando cómo eludir el proceso convencional de visado —que suele tardar años— y busca mecanismos para acelerar las entrevistas, verificaciones y aprobaciones, con el objetivo de entregar la residencia en apenas dos semanas a los solicitantes que paguen la suma estipulada.
El proyecto no ha estado exento de polémica. Marko Elez fue vinculado por The Wall Street Journal con una cuenta anónima en X que difundía contenido racista y promovía políticas migratorias eugenésicas. Tras el escándalo, Elez renunció en febrero, pero Trump y el vicepresidente JD Vance pidieron su reincorporación. Desde entonces, ha trabajado en al menos cinco organismos públicos, entre ellos el Departamento de Trabajo y la Administración del Seguro Social, según documentos judiciales.
Por su parte, Coristine, conocido en redes como “Big Balls” y con apenas 19 años, fue despedido en 2022 de unas prácticas en la empresa de ciberseguridad Path tras una investigación interna por presunta filtración de información confidencial.
También se ha sumado al proyecto Joe Gebbia, cofundador de Airbnb y multimillonario, quien se incorporó al equipo de Musk en febrero con el objetivo inicial de digitalizar el proceso de jubilación de empleados federales.
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