Candice Li, gerente de marketing de Conmo Electronic Co., lo dijo sin rodeos: los pedidos de dispositivos médicos desde Estados Unidos prácticamente han desaparecido. La causa, asegura, está en el aumento del 145 % en los aranceles que Washington impuso recientemente a los productos chinos.
“Podríamos decir que es una cuestión de vida o muerte. Entre el 60 % y el 70 % de nuestro negocio depende de clientes estadounidenses, así que la presión que enfrentamos es extrema”, declaró Li desde el stand de su empresa en la Feria de Cantón, el mayor evento comercial de China.
Li expresó su preocupación por un posible estancamiento prolongado en las negociaciones entre Estados Unidos y China: “Lo que más tememos es que ninguna de las partes ceda. Al final, quienes pagamos las consecuencias somos la gente común. Y cuando se dejan de pagar los salarios, el desempleo se vuelve un problema real”.
La Feria de Cantón, que se celebra dos veces al año en la ciudad de Guangzhou, congrega a más de 30.000 expositores y ocupa un área equivalente a más de 200 campos de fútbol. Esta edición es la primera desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, impusiera aranceles superiores al 100 % sobre los productos chinos y de al menos un 10 % al resto del mundo.
Muchos exportadores consultados por Reuters en el evento coincidieron: los pedidos provenientes de EE. UU., vitales para sus negocios, se han retrasado o cancelado. Una señal preocupante para la segunda economía más grande del mundo, cuyo crecimiento en 2024 dependió en buena medida de un superávit comercial de un billón de dólares.
Ningún otro país se acerca al volumen de exportaciones chinas hacia Estados Unidos, que supera los 400.000 millones de dólares anuales.
Frente a este panorama, empresas como Dongguan Weidi Information Tech Co. Ltd. están considerando diversificar mercados. “Muchos de nuestros proveedores ya están mirando hacia Rusia, y nosotros también lo estamos evaluando”, explicó Xiong Meilin, director de ventas.
Otros ya sienten el impacto directo. Amy Ye, del stand de una compañía exportadora de máquinas recreativas, señaló: “Desde que cambiaron las políticas arancelarias este mes, algunos clientes estadounidenses han suspendido sus planes de pago”.
Aunque los nuevos aranceles de Trump al resto del mundo son más bajos que los aplicados a China, podrían frenar la demanda global en los próximos meses, lo que afectaría indirectamente las exportaciones chinas.
Levy Spence, presidente de la empresa estadounidense Air Esscentials, recorría los pasillos de la feria en busca de productos aromáticos, aunque sin intenciones concretas de compra. “Cada día que me despierto, siento que hay un arancel diferente”, comentó. “Todos los precios están subiendo. Incluso los productos que fabricamos en EE. UU. dependen de materias primas importadas. No se trata solo de China, es el impacto de los aranceles en todo el mundo”.
Según los organizadores, hasta el 8 de abril se habían registrado unos 170.000 compradores extranjeros, lejos de los 253.000 que asistieron a la edición anterior, en noviembre. Solo el 10 % de los asistentes provenían de Estados Unidos y Europa, una caída frente al 20 % registrado previamente.
La feria, que se desarrolla del 15 de abril al 5 de mayo, alcanzó transacciones por 25.000 millones de dólares en su edición anterior, de acuerdo con medios locales.
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