Contra todo pronóstico, Daniel Noboa logró una victoria contundente en la segunda vuelta presidencial en Ecuador, disipando las expectativas de un resultado ajustado tras la primera ronda. Su mensaje centrado en la lucha contra el crimen organizado, en medio de una aguda crisis de seguridad, resonó con fuerza entre los votantes, pese a la ausencia de nuevos acuerdos de cooperación internacional.
Noboa llegó al poder en 2023 tras la activación de la “muerte cruzada” por parte de Guillermo Lasso, en una elección anticipada que cambió el curso político del país. Su permanencia en Carondelet se da en un momento en que sectores de la derecha latinoamericana encuentran inspiración en figuras como Donald Trump.
“Hay una tendencia hacia la derecha en general en América Latina, más que nada por los pésimos gobiernos del mal llamado Socialismo del siglo XXI”, afirmó a CNN Eduardo Gamarra, profesor de la Universidad Internacional de Florida.
En 2024, Noboa presentó una propuesta de reforma parcial a la Constitución con la intención de modificar el artículo que prohíbe la instalación de bases militares extranjeras en el país. De ser aprobada por la Asamblea Nacional, la iniciativa sería sometida a referéndum.
El presidente también logró revertir resultados en zonas donde inicialmente había tenido un desempeño menor, como Guayaquil, bastión de la candidata opositora Luisa González. Según el analista político Basabe, uno de los factores clave fue la defensa de la dolarización, sistema monetario vigente desde hace 25 años y ampliamente respaldado por la ciudadanía. Aunque González aseguró que su plan buscaba fortalecer la dolarización mediante el aumento de exportaciones y la inversión pública, su discurso generó dudas. Su compañero de fórmula, Diego Borja, fue cuestionado por un artículo académico de 2000 donde mencionaba una posible salida del sistema dolarizado, lo que alimentó las suspicacias.
A esto se sumaron declaraciones como las de la asambleísta Paola Cabezas, quien habló de “una dolarización a la ecuatoriana”, lo que fue aprovechado por Noboa para advertir sobre la supuesta intención del correísmo de introducir una moneda paralela, los llamados “ecuadólares”. En el debate presidencial, González negó estos señalamientos y reafirmó su compromiso con la dolarización, pero el daño ya estaba hecho. Noboa, por su parte, firmó un decreto en marzo ratificando al dólar como el único medio de pago oficial en el país.
La estabilidad económica y la entrega de obras públicas durante la campaña también habrían influido en los resultados. “Estas acciones, que pueden interpretarse como medidas clientelistas, le dieron una ventaja significativa”, opinó Basabe.
Noboa inicia su nuevo periodo con un Congreso fragmentado. Según Gamarra, el movimiento Revolución Ciudadana podría alcanzar la mayoría mediante alianzas con Pachakutik y otros partidos menores. Ante este panorama, Basabe advierte que Noboa deberá ajustar su estrategia política para sortear la oposición legislativa.
El triunfo de Noboa no solo representa la continuidad de su proyecto en Ecuador, sino que también refleja un cambio en el tablero político regional, con un giro hacia posturas más conservadoras, alineadas con figuras como Trump y Bukele. Enfrentado a desafíos clave como la inseguridad, la gobernabilidad y las tensiones diplomáticas, el presidente encara esta nueva etapa con respaldo ciudadano, pero bajo un entorno político complejo que pondrá a prueba su capacidad de liderazgo.
La política exterior de Noboa, aún en construcción, podría convertirse en una referencia para otros gobiernos de la región en un año electoral clave para América Latina.
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