La reciente suspensión temporal de los aranceles recíprocos, anunciada por Donald Trump, ha desencadenado una carrera contrarreloj entre las grandes tecnológicas para ajustar sus estrategias. Una de las primeras en reaccionar ha sido Nintendo.
La compañía japonesa decidió aplazar el inicio de las reservas de su esperada Nintendo Switch 2 en Estados Unidos, y no dudó en atribuirlo al actual clima de incertidumbre comercial.
Aunque históricamente gran parte de su producción se ha concentrado en China, Nintendo comenzó en 2019 a trasladar parte de su fabricación a Vietnam. En su momento, la empresa aseguró que no lo hacía por razones arancelarias, sino para diversificar su cadena de suministro. Con el tiempo, esa decisión ha demostrado ser estratégica.
Actualmente, un tercio de las unidades de la nueva Nintendo Switch 2 se ensamblan en fábricas vietnamitas. La producción corre a cargo de Hosiden, socio clave de Nintendo y equivalente a Foxconn en el ecosistema de Apple. La firma ahora trabaja contra el reloj para acelerar entregas y aprovechar la ventana arancelaria vigente.
Si toda la producción siguiera en China, los envíos a EE. UU. estarían sujetos a un arancel del 145%, un impacto muy difícil de absorber. En cambio, Vietnam enfrentaba un gravamen del 46%, que ahora se ha reducido al 10% gracias a la tregua comercial anunciada por Washington.
Según Bloomberg, Nintendo está adelantando tantos envíos como puede mientras ese arancel reducido permanezca en vigor. Solo en febrero, Hosiden despachó más consolas desde Vietnam que en los seis meses anteriores. La lógica es clara: llenar los almacenes ahora cuesta mucho menos que asumir tasas más altas más adelante.
La suspensión de los aranceles tiene una duración inicial de 90 días. Es el plazo que tienen Washington y Hanoi para alcanzar un acuerdo comercial, aunque EE. UU. también mantiene conversaciones similares con otros países.
Mientras tanto, el arancel del 10% sigue vigente. Si no hay avances, podría volver al 46%. Según estimaciones de la consultora Bernstein, Nintendo podría absorber el 10% sin modificar el precio de venta en EE. UU., que se mantiene en 450 dólares. Sin embargo, si el impuesto sube, el impacto podría trasladarse al consumidor, con un posible aumento de entre 50 y 100 dólares.
Las reservas de la Nintendo Switch 2, que estaban previstas para el 9 de abril, siguen en espera y Nintendo aún no ha anunciado una nueva fecha para EE. UU. Sin embargo, la compañía mantiene el lanzamiento oficial para el 5 de junio, al menos por ahora.
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