La guerra comercial desatada por el Gobierno de Estados Unidos bajo el liderazgo de Donald Trump está dejando una profunda huella en los mercados globales. El alza de precios ya se siente en numerosos productos de consumo, y todo apunta a que la tendencia continuará en el corto plazo. El mundo se adentra en un terreno económico inexplorado.
En el sector tecnológico, gran parte de la atención se ha centrado en el impacto de los aranceles sobre chips para inteligencia artificial, procesadores y otros componentes clave. Sin embargo, hay un elemento que hasta ahora ha pasado casi desapercibido: las soluciones de almacenamiento. Eso está a punto de cambiar.
Las nuevas políticas arancelarias de EE. UU. podrían provocar un aumento significativo en los precios de los discos duros mecánicos y las unidades de estado sólido (SSD). Fabricantes como Seagate, Toshiba y Western Digital —los principales actores en el mercado de discos duros tradicionales— enfrentan una situación complicada debido a sus complejas cadenas de suministro, que dependen de múltiples países, varios de los cuales han sido objeto de los aranceles más altos por parte de Washington.
Entre las empresas más afectadas figura Seagate, cuya producción está en gran parte localizada en China. Con aranceles que alcanzan hasta un 145 % para productos chinos, la compañía se ve obligada a considerar una reubicación de sus operaciones a EE. UU. o a países con relaciones comerciales más favorables con la actual administración estadounidense.
Pero trasladar una planta de producción no es tan simple. Los discos duros se ensamblan en salas limpias con altos estándares de control ambiental, similares a las utilizadas para fabricar semiconductores, lo que complica cualquier mudanza logística. Y aunque las unidades SSD no requieren el mismo nivel de infraestructura, sus fabricantes —como Samsung, Micron o Kioxia— también enfrentan retos derivados de sus complejas cadenas de suministro.
La ventaja de los productores de SSD radica en la mayor flexibilidad para mover su ensamblaje fuera de China o Vietnam hacia países como México, Canadá o el propio EE. UU. Aun así, todo indica que, independientemente del tipo de tecnología, los precios de las unidades de almacenamiento experimentarán un alza notable en las próximas semanas.
Solo un giro en la política arancelaria podría frenar esta escalada. Pero, por ahora, ese escenario parece lejano.
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