Rusia acusó este miércoles a Ucrania de atacar un depósito de petróleo en la región de Krasnodar, pocas horas después de que las tropas del Kremlin bombardearan un hospital en Sumy, dejando un muerto y varios heridos.
Según un comunicado del Ministerio de Defensa ruso, «el régimen de Kiev perpetró un ataque premeditado con tres drones de ala fija contra una instalación energética en la localidad de Kavkázkaya». La nota oficial destaca que el bombardeo ocurrió apenas unas horas después de que Putin conversara por teléfono con el presidente estadounidense, Donald Trump, acordando una suspensión de 30 días en los ataques contra infraestructuras energéticas en ambos países.
El ataque con drones provocó un incendio en un depósito de petróleo situado a unos 150 kilómetros de la capital regional. Equipos de emergencia trabajan para controlar las llamas y evaluar los daños en la instalación, perteneciente al Consorcio del Oleoducto del Caspio (COC), una empresa clave en la exportación de crudo desde Rusia y Kazajistán. Este consorcio ya había sido blanco de otro ataque el 17 de febrero, cuando drones ucranianos impactaron una estación compresora en la región de Rostov.
El bombardeo ucraniano contra la infraestructura petrolera en Krasnodar se produjo después de que Rusia atacara con drones dos hospitales en la región nororiental de Sumy, causando destrucción y obligando a evacuar a decenas de pacientes y trabajadores de la salud.
La ofensiva nocturna rusa en Sumy dejó al menos un muerto y varios heridos en otras áreas de la región. Además, afectó infraestructuras energéticas en Dnipropetrovsk y Donetsk, provocando cortes de electricidad en varias localidades.
Los ataques de ambas partes ocurrieron después de que el Kremlin anunciara que Putin había aceptado la propuesta de Trump de suspender las ofensivas contra infraestructuras energéticas. Tras la conversación telefónica con el mandatario estadounidense, el presidente ruso ordenó la implementación inmediata del alto el fuego en ese sector.
Sin embargo, según el Ministerio de Defensa ruso, en el momento en que Putin emitió la orden, al menos siete drones de asalto rusos ya estaban en vuelo con objetivos fijados en instalaciones energéticas de la región ucraniana de Mikoláiv. A pesar de la nueva directriz, la defensa antiaérea rusa recibió la orden de interceptarlos antes de que alcanzaran su destino. Uno fue derribado por un caza ruso, mientras que el resto fue neutralizado por sistemas de defensa terrestre.
El ataque de Ucrania contra la refinería de Krasnodar no fue el único incidente registrado en las últimas horas. Según el Ministerio de Defensa ruso, las fuerzas rusas derribaron 57 drones ucranianos en distintas regiones del país durante la noche: 35 en Kursk, 13 en Oriol, uno en Tula, uno en Briansk y siete sobre el mar de Azov.
«Rusia está atacando infraestructura civil y a la población en este mismo momento», denunció el jefe de gabinete ucraniano, Andriy Yermak, a través de su canal de Telegram.
Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, instó a Estados Unidos a supervisar el alto el fuego parcial acordado entre Trump y Putin, que implica el cese de los ataques rusos contra infraestructuras energéticas.
«Estados Unidos debería ser la principal entidad de supervisión», declaró Zelensky en una conferencia de prensa en Helsinki.
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