Las autoridades polacas afirmaron este miércoles que no descartan la posibilidad de instalar minas antipersona en sus fronteras con Rusia y Bielorrusia, áreas que con frecuencia se convierten en focos de crisis migratorias. Esta declaración llega tras la confirmación de la salida de Polonia y sus vecinos bálticos de la Convención de Ottawa, un tratado internacional que prohíbe el uso de estos explosivos.
El viceministro de Defensa, Pawel Bejda, justificó la medida al calificar la situación fronteriza como «grave». En una entrevista con la emisora RMF24, afirmó: «No tenemos elección» y advirtió que Bielorrusia sigue los pasos de Rusia. Además, criticó al presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, asegurando que actúa bajo las órdenes de su homólogo ruso, Vladimir Putin.
Bejda también acusó a Bielorrusia de facilitar los ataques rusos contra Ucrania, señalando que el país ha servido como plataforma para ofensivas lanzadas desde territorio ruso. En cuanto a las minas antipersona, confirmó que, aunque Polonia actualmente no dispone de estos dispositivos, sí tiene la capacidad de producirlos. Asimismo, explicó que la salida del tratado se debe a la «inestable» situación de la región.
El gobierno polaco también planea adquirir grandes cantidades de minas antipersona. Bejda señaló que, con el apoyo de la industria pública y privada, el país podría fabricar «cientos de miles» y, en el futuro, incluso «hablar de un millón» de unidades.
En los últimos años, la frontera entre Polonia y sus vecinos del este ha sido una de las principales rutas de migración irregular, aumentando las tensiones en la región. Varsovia acusa a Moscú y Minsk de fomentar estos cruces como represalia por las sanciones impuestas por la Unión Europea tras la invasión rusa de Ucrania.
Por su parte, el ministro del Interior, Tomasz Siemoniak, anunció un refuerzo militar en la provincia de Podlaquia, en el noreste del país, donde se han registrado 260 intentos de cruce ilegal en los últimos días. Según Siemoniak, la presión migratoria ha crecido notablemente en las últimas dos semanas, con decenas de personas tratando de atravesar la frontera y algunas incluso atacando a los guardias.
«Estamos preparados», aseguró. «No permitiremos que esta frontera se vuelva porosa». Además, detalló que la zona cuenta con una barrera física reforzada, dos anillos de seguridad que impiden su manipulación y una cerca electrónica que está casi terminada.
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