Un número inusualmente alto de embarcaciones, aviones y drones militares chinos ingresó al espacio aéreo y las aguas alrededor de Taiwán entre el domingo y el lunes, según informó el Ministerio de Defensa de la isla autogobernada.
China justificó los ejercicios militares como una respuesta a recientes declaraciones y acciones de Estados Unidos y Taiwán. El martes, el Ministerio de Defensa taiwanés compartió imágenes de las aeronaves y embarcaciones chinas, señalando que 43 de las 59 unidades detectadas ingresaron a la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán. No se reportaron confrontaciones, aunque la isla desplegó aviones, buques de la Marina y defensas costeras con misiles antibuque para monitorear la situación.
China realiza incursiones de este tipo a diario con la intención de desgastar las defensas y la moral taiwanesa. Sin embargo, la mayoría de los 23 millones de habitantes de la isla rechazan el reclamo de soberanía de Beijing y su amenaza de recurrir a la fuerza para tomar el control.
No está claro qué motivó este despliegue masivo. La magnitud de estas operaciones varía constantemente y suele depender de las declaraciones de las autoridades taiwanesas o de sus aliados en Washington.
El lunes, la portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Mao Ning, calificó los ejercicios como “una respuesta firme a la connivencia y el apoyo extranjero a la independencia de Taiwán, así como una seria advertencia a las fuerzas separatistas taiwanesas”. Añadió que estas acciones militares son “medidas necesarias, legales y justificadas para defender la soberanía nacional, la seguridad y la integridad territorial de China”.
Mao también criticó a Estados Unidos por eliminar de la web del Departamento de Estado una referencia al principio de “una sola China” y su postura de no respaldar la independencia taiwanesa, calificando la acción como un mensaje erróneo para los grupos separatistas de la isla.
La semana pasada, el presidente taiwanés, William Lai Ching-te, irritó aún más a Beijing al afirmar que la legislación de la isla considera a China continental como una “fuerza hostil extranjera”. Lai también anunció medidas más estrictas contra la influencia china en los medios de comunicación y las interacciones cívicas, además de advertir sobre el riesgo de que personal militar en activo o retirado venda información confidencial a Beijing.
El estrecho de Taiwán es una de las rutas marítimas más importantes para el comercio global. Aunque China no interfiere con la navegación civil en la zona ni en el mar de China Meridional, que reclama casi en su totalidad, sí se opone con frecuencia a la presencia militar de Estados Unidos y otros países en la región.
El sábado, Beijing rechazó las acusaciones del Grupo de los Siete (G7), cuyos diplomáticos denunciaron que las acciones chinas están poniendo en peligro la seguridad marítima. En un comunicado conjunto, el G7 condenó las “acciones ilícitas, provocativas, coercitivas y peligrosas de China, que buscan alterar unilateralmente el statu quo y amenazan la estabilidad de la región”, haciendo referencia a la construcción de islas artificiales y su uso con fines militares.
Ante la creciente presión china, Taiwán ha reforzado su defensa adquiriendo misiles, aviones y otro armamento de Estados Unidos, además de fortalecer su industria militar con el desarrollo de submarinos y otros sistemas estratégicos.
Beijing considera a Taiwán, gobernado de forma autónoma desde 1949, como una “parte inalienable” de su territorio y no descarta el uso de la fuerza para lograr su “reunificación nacional”, uno de los principales objetivos del presidente chino, Xi Jinping, desde que asumió el poder en 2012.
Por su parte, el Gobierno taiwanés, liderado desde 2016 por el Partido Democrático Progresista (PDP), de tendencia soberanista, sostiene que la isla ya opera como un país independiente bajo el nombre de República de China y que su futuro solo puede ser decidido por sus ciudadanos.
Leave a comment