Horas antes de que representantes de Ucrania y Estados Unidos se reunieran este martes en Arabia Saudí para avanzar hacia la paz con Rusia, las Fuerzas Armadas ucranianas llevaron a cabo su ataque con drones más masivo desde el inicio del conflicto. La ofensiva, ejecutada entre la noche del 10 y la madrugada del 11 de marzo, impactó varias regiones rusas, incluida la provincia de Moscú, donde tres personas perdieron la vida debido a los impactos directos o la caída de restos de drones derribados. Además, al menos 17 personas resultaron heridas.
Desde Kyiv, las autoridades ucranianas señalaron que el objetivo de este ataque era presionar al presidente ruso, Vladímir Putin, para que acepte la propuesta de tregua aérea temporal presentada por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. Sin embargo, el Kremlin advirtió que esta ofensiva podría deteriorar significativamente las perspectivas de futuras negociaciones.
El Ministerio de Defensa ruso informó que sus sistemas de defensa antiaérea lograron interceptar y destruir 337 drones ucranianos sobre territorio ruso. De estos, 74 se dirigían hacia Moscú, según el alcalde de la ciudad, Serguéi Sobianin, quien describió el ataque como el más masivo contra la capital rusa hasta la fecha.
El Gobierno ruso acusó a Ucrania de lanzar esta ofensiva para influir en la visita del secretario general de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Feridun Sinirlioglu, a Moscú este martes. La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, comentó en Telegram que no es la primera vez que un ataque con drones coincide con la llegada de una delegación extranjera de alto nivel. Además, explicó que las autoridades rusas mostraron a Sinirlioglu los daños causados por los drones en la provincia de Moscú, acompañándolo a algunos de los lugares afectados.
Sinirlioglu tiene previsto reunirse en Moscú con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. Su visita marca el primer viaje de un secretario general de la OSCE a Rusia desde junio de 2021, cuando la organización estaba liderada por la diplomática alemana Helga Schmid. El político y diplomático turco Sinirlioglu ocupa el cargo desde diciembre de 2024.
Por su parte, Ucrania insistió en que la ofensiva de drones sobre una decena de regiones rusas, incluida la capital y su provincia, buscaba presionar al Kremlin para que acepte la propuesta de Zelenski de una tregua aérea temporal. «Es otra señal para Putin de que debería interesarse en un alto al fuego en el aire», explicó en un video publicado en Telegram Andrí Kovalenko, jefe del Centro contra la Desinformación del Consejo para la Seguridad Nacional de Ucrania.
Sin embargo, el Kremlin no lo ve de la misma manera. Su portavoz, Dmitri Peskov, declaró a la agencia RIA Novosti que este ataque podría afectar negativamente los avances logrados en las iniciativas diplomáticas desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. «Aún no hay negociaciones», señaló Peskov, «pero la tendencia podría deteriorarse considerablemente».
Kovalenko mencionó que la delegación ucraniana podría plantear este martes a sus homólogos estadounidenses la tregua aérea y marítima propuesta por Zelenski. Posteriormente, el representante de la Casa Blanca para Oriente Medio, Steve Witkoff, quien forma parte de la delegación estadounidense en la reunión en Yeda (Arabia Saudí), podría transmitir la propuesta a Putin.
La región más afectada por el ataque fue el óblast de Kursk, en la frontera con Ucrania y parcialmente ocupado por el Ejército de Kyiv desde la incursión de agosto de 2024. En esa zona, las defensas rusas derribaron 126 drones. Sobre la provincia de Moscú fueron abatidos 91 aparatos, mientras que en el óblast de Briansk cayeron 38, en Bélgorod 25, en Riazán 22 y en Kaluga 10. También se registraron ataques en Lipetsk, Oriol, Vorónezh y Nizhni Nóvgorod.
Uno de los fallecidos fue un guardia de seguridad de 38 años que trabajaba en un aparcamiento de la localidad de Domodédovo, donde más de veinte automóviles quedaron calcinados por un incendio provocado por la caída de un dron, según informó el gobernador de la provincia de Moscú, Andréi Vorobiov. En el mismo incidente, un hombre de 50 años resultó gravemente herido y falleció posteriormente en el hospital.
El Ministerio de Sanidad ruso informó que 18 personas, incluidos tres niños, resultaron heridas en la región de Moscú, de las cuales seis fueron hospitalizadas. Una de ellas se encontraba en estado crítico y otra en estado grave. «Los médicos están luchando por su vida», declaró Alexéi Kuznetsov, asesor del ministro de Sanidad. Posteriormente, una de estas personas falleció, elevando el número total de víctimas mortales a tres.
La alcaldesa de Domodédovo, Yelena Jrustaliova, confirmó la tercera muerte y expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas en Telegram: «Estamos conmocionados y tristes».
A raíz del ataque, las autoridades aeronáuticas rusas suspendieron temporalmente las operaciones en los aeropuertos de Moscú, así como en los de Nizhni Nóvgorod y Yaroslavl.
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