Corea del Norte lanzó este lunes varios misiles balísticos no identificados desde la provincia de Hwanghae hacia el mar Amarillo, según informó el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur (JCS).
El lanzamiento coincidió con el inicio del ejercicio militar conjunto Freedom Shield 2025 entre Seúl y Washington, lo que ha incrementado aún más las tensiones en la península coreana. “Nuestro ejército reforzará la vigilancia y mantendrá una preparación total en estrecha cooperación con Estados Unidos”, aseguró el JCS.
Los ejercicios Freedom Shield, que se extenderán hasta el 20 de marzo, incluyen simulaciones de guerra total y entrenamientos en distintos ámbitos como tierra, mar, aire, ciberespacio y espacio exterior. De acuerdo con un comunicado oficial de EE. UU., la edición de este año incorpora entrenamiento en vivo, virtual y basado en el campo.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Norte condenó el inicio de estos ejercicios, calificándolos de “peligrosa provocación” y advirtiendo que podrían derivar en un conflicto armado con “un solo disparo accidental”. Para el régimen de Kim Jong-un, estas maniobras representan un ensayo de invasión, por lo que ha respondido con pruebas de misiles, una táctica habitual de Pyongyang para demostrar su capacidad disuasoria.
Además de los lanzamientos, el gobierno norcoreano reiteró su compromiso con la expansión de su arsenal nuclear, argumentando que es necesario para contrarrestar lo que considera amenazas de EE. UU. y sus aliados en la región. En un comunicado difundido por la agencia KCNA, Pyongyang describió los ejercicios como “agresivos y confrontacionales”.
Las relaciones intercoreanas han alcanzado uno de sus puntos más críticos en los últimos años, con Corea del Norte intensificando sus pruebas de misiles en desafío a las sanciones internacionales. En 2024, el régimen llevó a cabo un número récord de ensayos con misiles balísticos intercontinentales, en abierta violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Este nuevo lanzamiento de misiles ocurre en un contexto de alta tensión, especialmente después de un grave incidente ocurrido el 6 de marzo. Antes del inicio del Freedom Shield, dos cazas KF-16 de la Fuerza Aérea surcoreana lanzaron por error ocho bombas MK-82 sobre una zona residencial en Pocheon, al noreste de Seúl. El incidente dejó 31 heridos, entre ellos civiles y militares.
El jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea de Corea del Sur, general Lee Youngsu, ofreció disculpas públicas y calificó el error como “inadmisible”. Según la investigación inicial, el bombardeo fue causado por una equivocación en la introducción de coordenadas por parte de un piloto, quien no detectó el fallo durante la revisión previa al despegue. Como consecuencia, el gobierno surcoreano suspendió todas las maniobras de fuego real mientras se completa la investigación y restringió las operaciones aéreas a misiones de vigilancia y emergencia.
El Freedom Shield 2025 es el primer ejercicio militar conjunto a gran escala desde el inicio del segundo mandato de Donald Trump. Durante su primera presidencia, Trump intentó reanudar la diplomacia con Corea del Norte y se reunió tres veces con Kim Jong-un, pero las negociaciones fracasaron debido a desacuerdos sobre el levantamiento de sanciones y la desnuclearización del régimen. Aunque Trump ha expresado su intención de retomar el diálogo con Kim, Pyongyang no ha dado señales de respuesta y mantiene su postura hostil hacia Washington y Seúl.
A la creciente tensión se suma la reciente llegada de un portaaviones de la Armada de EE. UU. al puerto surcoreano de Busan, lo que Corea del Norte ha denunciado como una “provocación política y militar”.
Con los nuevos lanzamientos de misiles norcoreanos y la continuidad del Freedom Shield, la situación en la península coreana sigue siendo altamente volátil, en un momento en que Pyongyang avanza en el desarrollo de su capacidad nuclear mientras enfrenta sanciones internacionales cada vez más estrictas.
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