El presidente de EE.UU., Donald Trump, reunió este jueves a su gabinete para discutir el papel de Elon Musk y sus esfuerzos por reducir el gasto gubernamental y la plantilla de empleados.
Según varios medios locales, la reunión estuvo marcada por acaloradas discusiones. De acuerdo con el New York Times, Musk acusó al secretario de Estado, Marco Rubio, de no despedir a suficientes personas en su departamento. En un intercambio tenso, el empresario le dijo a Rubio que «se veía bien en televisión», pero evitó hacer cualquier comentario positivo sobre su labor como jefe de la diplomacia estadounidense.
El multimillonario también tuvo un enfrentamiento con el secretario de Transporte, Sean Duffy, sobre los intentos del Departamento de Eficiencia del Gobierno (Doge, por sus siglas en inglés), dirigido por Musk, de despedir más controladores aéreos, a pesar de la escasez de personal en la Administración Federal de Aviación. La cartera de Duffy ha estado bajo escrutinio tras dos accidentes aéreos ocurridos en los últimos meses, uno en enero y otro poco después de la reelección de Trump.
Tras escuchar ambas partes, testigos aseguran que Trump reafirmó su apoyo a Doge, pero aclaró que, de ahora en adelante, los despidos quedarían en manos de los secretarios del gabinete, mientras que el equipo de Musk solo proporcionaría asesoramiento sobre cómo llevarlos a cabo.
La reunión, organizada de manera apresurada, dejó en evidencia que Trump busca limitar el poder de Musk y Doge en la reducción del gasto público. Sin embargo, el presidente solo habló sobre el encuentro después de que se filtrara a la prensa.
En su cuenta de Truth Social, Trump afirmó que había instruido a sus secretarios a colaborar con Doge en «las medidas necesarias para reducir costos». «Como los secretarios conocen mejor a su personal, pueden decidir con precisión quién se queda y quién se va», escribió. Y añadió: «Debemos usar un bisturí, no un hacha».
Sus palabras parecían una referencia directa a la actitud de Musk, quien, hace apenas unas semanas, utilizó una motosierra en un evento político como símbolo de su agresiva estrategia de recorte de gastos, lo que ha generado el enojo de los demócratas y la preocupación de algunos funcionarios de la administración.
Mientras tanto, el equipo de Musk ha enviado múltiples correos electrónicos desde cuentas oficiales del gobierno ofreciendo a los empleados federales varios meses de sueldo anticipado a cambio de su renuncia. Los correos también exigían reportes semanales de logros bajo la advertencia de que quienes no los enviaran podrían ser despedidos. Algunas agencias han instruido a su personal para ignorar estas solicitudes.
Doge, por su parte, ordenó el despido de empleados en período de prueba, quienes no cuentan con protección laboral federal. Sin embargo, algunas agencias han desestimado estas órdenes, especialmente aquellas con personal esencial, como los encargados de la seguridad de armas nucleares.
El viernes, durante un evento en la Oficina Oval, Trump fue consultado sobre la tensa reunión del gabinete y los reportes de enfrentamientos. Negó cualquier confrontación y aseguró que Musk y Rubio «se llevan muy bien». No obstante, su publicación en Truth Social parece dar más autoridad a los secretarios del gabinete que a Musk, lo que podría ser un intento de blindar a su administración de posibles demandas.
Varios jueces federales han expresado preocupación por la autoridad de Musk, inquietud que se vio reforzada por el propio Trump en su discurso ante el Congreso el martes, donde reafirmó que el magnate es quien realmente está a cargo de Doge.
Hasta ahora, Musk y Trump han conformado una poderosa alianza: el hombre más rico del mundo y el político más influyente de EE.UU. En Washington, se ha especulado durante meses sobre si esta relación podría fracturarse, aunque esas predicciones suelen ir seguidas de renovadas muestras de cortesía entre ambos.
El viernes por la noche, Musk fue visto abordando el Air Force One junto a Trump para un viaje de fin de semana a Mar-a-Lago, su residencia en Florida.
El caos en la reunión del gabinete puede ser la primera grieta en esta alianza, pero hay muchas señales de que Trump sigue respaldando los objetivos de Musk. Quizás en los próximos días opte por un bisturí en lugar de una motosierra, pero el recorte de gastos sigue en marcha.
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