General Motors (GM) ha llegado a un acuerdo judicial de hasta 35 millones de dólares para compensar a los propietarios de ciertos modelos de camionetas diésel debido a fallos en el motor. Los conductores de los Chevrolet Silverado y GMC Sierra fabricados entre 2011 y 2016 podrían recibir pagos directos de hasta 12.000 dólares.
El acuerdo surge a raíz de una demanda colectiva que acusa a GM de instalar bombas de combustible defectuosas en estos vehículos, lo que habría provocado problemas mecánicos graves. Aunque la compañía no ha admitido responsabilidad, decidió resolver el caso para evitar un litigio prolongado.
El beneficio se aplicará principalmente a quienes compraron estos modelos en concesionarios de GM en estados como California, Florida, Nueva York y Pensilvania, entre otros. Los propietarios actuales podrán recibir la compensación máxima, mientras que quienes ya vendieron sus camionetas podrían obtener entre 400 y 800 dólares.
Para ser elegibles, los afectados deben cumplir tres requisitos: haber adquirido un Chevrolet Silverado o GMC Sierra diésel de los años 2011 a 2016, haberlo comprado en un concesionario oficial de GM en estados como Texas, Illinois, Iowa, Nueva York, Pensilvania, Florida o California, y haber realizado la compra entre el 1 de marzo de 2010 y el 13 de septiembre de 2024.
Las solicitudes de compensación pueden enviarse hasta julio de este año, ya sea por correo a una dirección en Seattle o en línea. Para ello, los conductores deberán presentar documentos como facturas de reparación, estados de cuenta bancarios y el número de identificación del vehículo (VIN). Según Top Class Actions, quienes no presenten su solicitud dentro del plazo establecido no recibirán compensación.
El caso de GM no es el único en el que los conductores podrían obtener reembolsos. Según The U.S. Sun, algunos propietarios de BMW también pueden beneficiarse de un acuerdo de 6 millones de dólares por problemas mecánicos. Asimismo, ciertos modelos de Mazda, como el CX-30 (2021-2022), el Mazda 6 (2021) y el CX-5 (2021), podrían calificar para reembolsos debido a fallos en el motor.
Además, BMW y Mini han emitido un llamado urgente para retirar algunos de sus modelos por defectos en las soldaduras que afectan los frenos, lo que refleja la creciente presión sobre los fabricantes para garantizar la seguridad y calidad de sus vehículos.
Paralelamente, GM sigue apostando por la innovación. La compañía ha nombrado a Barak Turovsky como su nuevo director de inteligencia artificial (IA). Con experiencia en Google y Cisco, Turovsky liderará el desarrollo de sistemas de conducción autónoma, enfrentándose a la competencia de Tesla y Ford.
Según Dave Richards, jefe de ingeniería de software y servicios de GM, la IA será clave en el futuro de los vehículos eléctricos (EV), los motores de combustión interna (ICE) y la automatización. Bajo el liderazgo de Turovsky, el equipo de IA buscará optimizar productos, mejorar procesos y elevar la satisfacción del cliente.
La competencia en este sector es intensa. En 2023, Consumer Reports posicionó el sistema BlueCruise de Ford por encima del Super Cruise de GM como el mejor asistente de conducción. Además, el CEO de Ford, Jim Farley, afirmó que la compañía está cerca de alcanzar el nivel 3 de autonomía, lo que permitirá a los conductores circular sin manos en determinadas condiciones.
Por otro lado, GM y Honda han unido esfuerzos para desarrollar un nuevo motor de hidrógeno, con la intención de revitalizar el uso del diésel en la industria. Esta colaboración refleja la transición hacia tecnologías más sostenibles en un momento en que los fabricantes enfrentan regulaciones más estrictas y una mayor demanda de vehículos ecológicos.
Leave a comment