La espera ha terminado. Apple ha hecho oficial el nuevo iPhone 16e, el sucesor del esperado iPhone SE de cuarta generación. Este modelo hereda muchas de las características del iPhone 16, pero también aprovecha hardware de generaciones anteriores, ofreciendo una opción más accesible para quienes quieren entrar al ecosistema Apple sin gastar demasiado.
Con una única cámara, un diseño familiar y el respaldo de Apple Intelligence, este dispositivo se posiciona como la puerta de entrada al mundo iOS.
Un diseño con guiños al pasado
Contra todo pronóstico, el notch está de vuelta. El iPhone 16e apuesta por una pantalla OLED de 6,1 pulgadas con resolución Full HD+ y una tasa de refresco de 60 Hz. Incluye Face ID, pero se queda sin la Isla Dinámica, por lo que mantiene el icónico notch como única solución para alojar los sensores frontales. A diferencia de los modelos iPhone 16 y 15, su brillo máximo alcanza los 1.200 nits, quedando por debajo de los 2.000 nits de sus hermanos mayores.
Al darle la vuelta, la nostalgia continúa: encontramos una única cámara, evocando al diseño del iPhone 8, con un acabado en aluminio y cristal. La botonera se mantiene en su posición habitual, incluyendo un botón de acción programable, aunque sin rastro del Control de Cámara presente en la serie iPhone 16.
En cuanto al tamaño, el iPhone 16e sigue el estándar de los modelos de 6,1 pulgadas, ofreciendo un diseño compacto y ligero, ideal para quienes buscan un teléfono manejable sin recurrir a las versiones Plus o Max.
Potencia optimizada para Apple Intelligence
Históricamente, los modelos SE nunca han incorporado el procesador más reciente, pero esta vez es diferente. La razón es clara: Apple Intelligence exige una gran cantidad de recursos, incluyendo 8 GB de RAM como mínimo, lo que deja fuera a los iPhone 15 estándar y solo permite la compatibilidad en los modelos Pro.
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