Un ataque con drones ucranianos golpeó la principal estación de bombeo del Consorcio del Oleoducto del Caspio (CPC) en la región de Kubán, al sur de Rusia, obligando a suspender sus operaciones, informó la empresa operadora.
Según el CPC, siete drones cargados con explosivos y metralla atacaron la estación Kropotkinskaia, ubicada a 200 kilómetros al sur de Rostov del Don. «No hubo víctimas entre el personal, y los empleados lograron evitar un derrame de petróleo», aseguró la compañía.
Un equipo encabezado por el director del consorcio, Nikolái Gorban, fue enviado para evaluar los daños y determinar si es posible reanudar las operaciones. Por ahora, el flujo de petróleo a través del oleoducto Tenguiz-Novorossisk funciona al mínimo.
Este oleoducto de más de 1.500 kilómetros transporta principalmente petróleo de Kazajistán hasta el mar Negro, desde donde se exporta a Europa. En 2024, movió más de 63 millones de toneladas de crudo.
Mientras tanto, Ucrania informó que derribó más de 80 drones rusos lanzados contra su territorio en la madrugada del lunes. Según la Fuerza Aérea ucraniana, Rusia disparó cerca de 150 drones, de los cuales 83 fueron interceptados y 59 se perdieron sin causar daños.
Las autoridades ucranianas confirmaron ataques en las regiones de Kiev, Kharkiv, Poltava y Zaporizhzhia. En la provincia de Kiev, al menos una persona resultó herida en un ataque contra Borispil, mientras que varias casas, una fábrica y un almacén sufrieron daños en Obujiv, Vishgorod, Fastiv y Borispil, según el gobernador Mikola Kalashnik.
Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso informó en Telegram que su defensa aérea derribó 90 drones ucranianos, incluidos 38 sobre el mar de Azov, 24 en Krasnodar, 15 en Crimea, siete en el mar Negro, dos en Kursk y Rostov, y uno en Briansk y Bélgorod.
Desde hace meses, Ucrania ha atacado infraestructuras energéticas rusas, incluyendo refinerías, oleoductos, gasoductos y depósitos de combustible, como parte de su estrategia contra la invasión rusa. Este nuevo ataque se produce en medio de una escalada de las hostilidades y en un contexto de intensas negociaciones encabezadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, declaró en una entrevista con NBC News que más de 46.000 soldados ucranianos han muerto en combate desde el inicio de la invasión en febrero de 2022. A principios de febrero, ya había advertido que las bajas en el ejército de Kiev superaban las 45.000.
Además, casi 380.000 soldados ucranianos han resultado heridos, y «decenas de miles están desaparecidos o prisioneros en Rusia», según Zelenski.
Por otro lado, el Estado Mayor de Ucrania estima que Rusia ha perdido un total de 859.920 tropas desde el inicio del conflicto, aunque no se especifica cuántas de esas bajas corresponden a muertos, heridos, desaparecidos o capturados.
En su entrevista con el programa Meet the Press de NBC News, Zelenski reafirmó que nunca aceptará un acuerdo de paz negociado únicamente entre Estados Unidos y Rusia sin la participación de Ucrania.
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