Hoy en día, los farmacéuticos de São Paulo, la ciudad más grande de Brasil, saben exactamente lo que los ladrones quieren decir cuando mencionan «medicamentos de la nevera».
Están buscando Ozempic, Wegovy y Saxenda, los populares medicamentos inyectables para adelgazar, muy codiciados por los brasileños pero fuera del alcance de muchos, en un país donde la obsesión por la imagen corporal crece mientras la obesidad también aumenta.
Recientemente, un ladrón se llevó cinco cajas de estos medicamentos, que suelen durar un mes y cuestan entre 700 y 1.100 reales (aproximadamente entre 120 y 190 dólares), mientras que el salario promedio mensual ronda los 300 dólares.
Aunque los robos de Ozempic no son exclusivos de Brasil, también se han reportado incidentes en farmacias de Míchigan y Santiago de Compostela, el país se ha convertido en uno de los puntos más calientes para este tipo de delitos. São Paulo, en particular, se ha convertido en un centro clave debido a su alto nivel económico, con barrios donde abundan las farmacias que venden estos medicamentos a una población con la capacidad de comprarlos. Hoy en día, los ladrones no tienen dificultad en encontrar compradores a través de grupos de WhatsApp y Facebook.
Los asaltos a las farmacias han generado preocupación entre los trabajadores, y algunas tiendas han comenzado a limitar el suministro de medicamentos para adelgazar. Según Pedro Ivo Corrêa dos Santos, jefe de policía del Departamento de Investigación Criminal del estado de São Paulo, los robos de estos fármacos son «sin duda una tendencia creciente».
Las farmacias suelen ser objetivos fáciles, señala el jefe de policía. “Muchas operan las 24 horas del día, los 7 días de la semana, guardando los medicamentos en refrigeradores sin una seguridad adecuada, protegidas solo por el farmacéutico», explicó.
Un análisis de datos del estado de São Paulo realizado por The New York Times mostró un aumento significativo en los robos de Ozempic, Wegovy y Saxenda en los últimos tres años. Pasaron de un solo robo registrado en 2022 a 39 incidentes en 2024, aunque las cifras reales podrían ser aún mayores, ya que en muchos robos no se especificaron los medicamentos sustraídos.
Las cadenas de farmacias RD Saúde y Grupo DPS, que han sido víctimas de estos robos, se negaron a hacer comentarios, y muchas farmacias independientes ya no guardan estos productos en sus almacenes.
Wilson Martins, gerente de una farmacia independiente de São Paulo, comenta: «Quien tiene Ozempic no puede trabajar tranquilo». Ahora, para evitar robos, los clientes deben pedir los medicamentos en persona y concertar una cita para retirarlos. Y por si acaso, Martins, de 72 años, mantiene un machete enfundado en cuero detrás del mostrador.
El jefe de policía también señaló que algunas bandas han estado robando camiones de entrega de Ozempic. El año pasado, la policía desmanteló una banda que incluía empleados de una empresa de transporte. Los productores y distribuidores de estos medicamentos deben reportar las pérdidas de productos a la agencia reguladora brasileña Anvisa. Según sus datos, el robo de dosis inyectables de Ozempic pasó de 4.770 en 2023 a 8.220 en 2024.
Este aumento en los robos se da en un contexto de ventas crecientes de estos medicamentos en Brasil, un país que valora mucho la apariencia física, pero donde la obesidad también está en aumento. Según un estudio del Ministerio de Salud, la tasa de obesidad en las ciudades más grandes del país pasó de casi el 12% en 2006 a cerca del 24% en 2023.
El uso de Ozempic se ha hecho tan popular que varias celebridades brasileñas, como los cantantes Luiza Possi, Wesley Safadão y Jojo Todynho, han hablado públicamente sobre su consumo. Incluso el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, admitió haber perdido unos 30 kilos gracias al medicamento y se comprometió a ofrecerlo de forma gratuita.
En Brasil, las ventas de Ozempic pasaron de 27,5 millones de dólares en 2019 a 621,6 millones en 2023, según datos de IQVIA. A pesar de que el mercado brasileño sigue siendo pequeño en comparación con Estados Unidos, donde las ventas llegaron a 30.300 millones de dólares en 2023, el crecimiento ha sido notable.
Rodrigo Lima, jefe de operaciones de la cadena de farmacias Ultrafarma, señaló que el alto precio del Ozempic ha desencadenado una gran demanda, lo que ha llevado al surgimiento de bandas especializadas en este mercado.
A pesar de lo fácil que es vender estos medicamentos robados a través de redes sociales, los delincuentes no pueden garantizar la calidad de los productos. Varios farmacéuticos de São Paulo advirtieron que dejar estos medicamentos fuera del refrigerador por solo unas horas los inutiliza.
«Los llevan en una bolsa de basura», contó Andrea Lima, gerente de una sucursal de Drogaria São Paulo, donde se frustró un robo en mayo de 2024. «¿Cuánto tiempo los dejan en el maletero?».
Sin embargo, los ladrones de Ozempic podrían enfrentarse pronto a un desafío aún mayor que la policía: la economía. En 2026, expira la patente de la semaglutida, el principio activo del Ozempic y Wegovy, lo que podría abrir la puerta a versiones genéricas y hacer caer los precios.
Por ahora, algunos farmacéuticos se aferran a la fe por protección. Elis Regina Peixoto, quien administra una farmacia en el este de São Paulo, asegura con confianza: “En el nombre de Jesús, no nos robarán”.
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