El estado de Nueva York extendió el estado de emergencia por la crisis migratoria, lo cual le permite utilizar más fondos públicos para lograr dar albergue y asistencia humanitaria para las personas recién llegadas.

La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, le pidió al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, que el gobierno se enfoque mucho más en la crisis migratoria que están viviendo, principalmente en la facilitación de permisos de trabajos a los solicitantes de asilo.

La Casa Blanca se manifestó ante la situación, justificándose por una falta de acción del congreso, puesto que han llegado aproximadamente más de 100.000 inmigrantes a los Estados Unidos, sobre todo la Gran Manzana.

Se han logrado abrir más de 200 alojamientos, los cual han incluido centro de ayuda humanitaria, muchos de los espacios han sido convertidos en refugios, incluyendo hoteles, gimnasios escolares y escuelas en desuso.

En el distrito de Staten Island se denunció a la administración local de la ciudad de Nueva York el uso de escuelas para refugio temporales, llevando a cabo fuertes protestas contra el uso de la antigua escuela St. John Villa Academy.