Esther Crawford, ex empleada de Twitter, decide hablar después de su despido

La superapp de Twitter ha venido enfrentándose a grandes cambios drásticos, internos y externos desde que Elon Musk se encuentra al frente. Uno de los más recientes y polémicos ha sido su nombre y logo, en donde dejó volar al pajarito azul para poner una «X» como imagen.

Uno de los cambios internos que más criticaron desde que Musk tomó posición como magnate de esta red social, fue cuando realizó el despido masivo de miles de empleados que prestaban servicio para esta empresa.

Esther Crawford, quien se hizo viral tras haber montado una foto en donde se podía apreciar a ella durmiendo en la oficina, fue posteriormente despedida y unos meses después decide romper el silencio y hablar sobre las inhumanas exigencias realizadas por la empresa a sus empleados.

Dormía en su oficina con tal de poder cumplir con las duras tareas exigidas, «He escrito un largo tuit y leído en voz alta, dejando constancia en un video sobre mis experiencias en la compañía comparadas con la era Pre-Musk, la cual me tocó vivir después», manifestó Crawford.

«Twitter muchas veces se sentía burocrático y asilado, tras los estúpidos juegos del poder para alimentar su ego realizan grandes cambios de nombres en los equipos frecuentemente. No se podía ser tan solo creador, sino también político».

«Todo esto acabó cuando Musk decide ser el máximo responsable de la compañía», dijo Crawford, a pesar de haber exaltado la labor de muchos de sus compañeros, ella sentía que muchas cosas estaban unidas con cinta adhesiva y pegamento.

«No tenía seguridad psicológica en Twitter, pues sentía que en algún momento podía ser despedida sin motivo alguno».

Crawford muchas veces intentó ayudar a Musk para que tomara las mejores decisiones, pero su tendencia era a no escuchar a su equipo de trabajo, «yo me sentía con los conocimientos necesarios para ayudarlo a tomar las mejores decisiones, pero él prefería realizar encuestas en Twitter o en ocasiones pregúntale a sus amigos, yo sentía que él confiaba más en los comentarios al azar, nunca lo entendí y seguiré mi vida sin entenderlo».