El gobierno de Rusia, luego de soportar las sanciones económicas impuestas por occidente, a causa de la invasión a Ucrania, las cuales inicialmente tuvieron el efecto contrario al esperado por sus adversarios, dado que la economía se reforzó debido al incremento exorbitante en los precios del petróleo y el gas, el gobierno de Putin, aprovechó esta situación y obtuvo ganancias inesperadas, a pesar del bloqueo vendiendo su producción a menor precio a China y a India.

Pero no todo ha sido color de rosa en materia de hidrocarburos, pues los precios de estos se vinieron en picada, y durante los 4 primeros meses de este año, los ingresos del país por este concepto se desplomaron en un 52% interanual.

Rusia, quien es el mayor exportador de crudo, ha incrementado su gasto militar en máximos históricos, y sus reservas financieras se han visto socavadas profundamente, además de la escasez de mano de obra en la industria petroquímica y metalúrgica, donde cerca de 300 mil hombres se han ido al frente de batalla, ahondado en que el país perdió cerca de 1.3 millones de jóvenes menores de 35 años en el 2022, según fuente de la consultora Finexpertiza.

Otro de los indicadores es la devaluación del rublo, frente al dólar, el cual ha caído en un 20%, su nivel, más bajo en los últimos 13 meses, lo cual representa un déficit de la balanza comercial.

Según informe del Banco Central Ruso, indica que la balanza por cuenta corriente, se ha contraído en un 81% una cifra descomunalmente impresionante.

Las sanciones de occidente, impuestas desde el comienzo de la invasión, han comenzado a pasar factura y ya se está sintiendo con fuerza la rigurosidad del aislamiento internacional, con esto, se podría decir que la economía rusa aún no se ha hundido… pero ¿cuánto soportará? Una vez más, eso depende algunos factores, entre ellos la duración de esta guerra.