Luego de la confirmación del accidente catastrófico, del pequeño submarino “Titan” perteneciente a la empresa OceanGate Expeditions, vuelven a sonar episodios trágicos que en su momento captaron la atención del mundo, ya sea por la fascinación que pueden producir las profundidades del océano, o por la tenacidad en las dramáticas operaciones de búsqueda y rescate.
Es así como vemos la más actual y reciente tragedia del Sumergible “Titan” una pequeña nave con capacidad para 5 personas, que desapareció después de 1 hora y 45 minutos de iniciar su descenso hacia las profundidades del Océano Atlántico en lo que se conoce, fue una expedición hacia los restos del Titanic.
En abril de 2021, recordemos fueron hallados en el fondo del mar, los restos del submarino de la Armada de Indonesia, el KRI Nanggala-402, el submarino donde fallecieron 53 personas, se partió en tres partes y fue encontrado a 850 kilómetros de profundidad.
El 15 de noviembre de 2017, el submarino argentino ARA San Juan, que debía reportarse dos veces por día, reportó una falla en su sistema de batería, la cual había sido superada. Pero fue solo hasta el 2 de abril del 2018 que se realizó un grandioso operativo de búsqueda, la nave fue encontrada finalmente 1 día después de cumplir un año de desaparecida. Allí fallecieron 44 tripulantes que iban a bordo.
El submarino nuclear Greeneville, estaba realizando una maniobra de emergencia de salida a la superficie, cuando chocó con un barco japonés Ehime Maru, cerca de Honolulú en febrero de 2011, que transportaba estudiantes en un viaje de investigación, en el hecho murieron 9 personas, entre ellas 4 estudiantes.
Finalmente, con la explosión de un misil a bordo del submarino nuclear Ruso, Kursk, mientras realizaba ejercicios en el Mar de Barents, solo cinco días después el presidente Putin, aceptó ayuda internacional sin éxito alguno, en 2001 un equipo Neerlandés, logro extraer los restos de la nave donde perdieron la vida 118 tripulantes a bordo.