En Sacramento, la capital del estado de California, Estados Unidos, un restaurante fue condenado a pagar 140.000 dólares a sus empleados, después de que este contratara un falso sacerdote para conseguir confesiones de los trabajadores, lo que los investigadores federales, llamaron “los más descarados“, hechos de corrupción que un patrono ha tomado contra sus colaboradores.

Según el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos, un trabajador testificó, que el propietario de la empresa Che Garibaldi, que opera dos locales de “Taquería Garibaldi“, utilizó los servicios de un falso sacerdote, para hacer confesar a sus empleados, durante las horas laborales, si estos habían cometido faltas (pecados), como llegar tarde al trabajo, haber robado dinero del restaurante o si tenían “malas intenciones” hacia su empleador.

La diócesis, de Sacramento, confirmo que no existía conexión entre el falso sacerdote y su jurisdicción, “Aunque no sabemos quién era la persona en cuestión, estamos completamente seguros de que no era un sacerdote de la diócesis de Sacramento“, dijo un portavoz, a la Agencia Católica de Noticias.

Eduardo Hernández, y otros tres propietarios más que operan Taquerías Garibaldi, fueron condenados a pagar 140.000 dólares, por salarios atrasados y daños y perjuicios a sus empleados, además de 5.000 dólares por sanciones civiles.

Los investigadores también encontraron que el restaurante negó el pago de horas extras a sus trabajadores, y cancelo los bonos de los gerentes, con la bolsa de propinas de los empleados, además de que algunos empleados se vieron enfrentados a “consecuencias adversas de inmigración“, por haber colaborado con las investigaciones.

El procurador regional del Trabajo, Marc Pilotin, dijo en un comunicado, “Los despreciables intentos de este empresario por tomar represalias contra los empleados pretendían silenciar a los trabajadores, obstruir una investigación e impedir la recuperación de los salarios no pagados”.