Este 16 de junio, alrededor de las 10 de la mañana, un piloto de 61 años de la aerolínea Delta Airlines, fue detenido en Escocia luego que se presentara borracho a su trabajo para un vuelo con destino a la ciudad de Nueva York.

El vuelo tenía planeado salir del aeropuerto de Edimburgo al aeropuerto John F Kennedy de Nueva York, pero fue cancelado unos minutos antes de arrancar; los pasajeros tuvieron que desembarcar por la puerta con solo 35 minutos de haber subido al avión.

El piloto fue fichado por sospecha de violar la Ley de Seguridad del Transporte y Ferrocarriles de 2003, que prohíbe rotundamente que los pilotos y otros empleados del lugar se vean afectados en el trabajo por este tipo de situaciones.

La Ley de Seguridad del Transporte y Ferrocarriles del Reino Unido 2003, incorporó una norma tanto para el personal de control como para las tripulaciones, que especifica que con solo una pequeña gota de alcohol en el cuerpo será más que suficiente para prohibir la operación del avión.

La aerolínea Delta Airlines afirmó estar ayudando a las autoridades de la zona con la investigación de lo sucedido, puesto que el piloto puede enfrentarse a una sentencia de largo tiempo en la cárcel, multa y revocación de licencia.