La defensa del expresidente de Los Estados Unidos, Donald Trump, enfila sus baterías para lo que será su nuevo argumento de defensa, basándose en que la acusación debió ser penal, pues la acusación federal dictaba: «acaparando documentos clasificados de forma descuidada en sus clubes privados» y no vendiendo información decreta de estado a un país extranjero.

Ejemplo de este argumento lo dijo el Senador Lindsey Graham, de Carolina del Sur, «lo puedes odiar, pero no es un espía, ni ha cometido delitos de espionaje», los cargos de los que se le acusan son absurdos y tratan de dar una impresión que no es real.

Una comparación similar hizo Trump en una audiencia cuando dijo que «eso era como poner misiles en un sótano», y también el presentador de Fox News, Brian Kilmeade, se refirió al tema aduciendo que el Departamento de Estado del actual presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, tratan de inferir que el expresidente es un espía.

Si bien es verdad que 31 de los 37 delitos que se le imputan a Trump se originan de la Ley de Espionaje, es un desacierto decir, que el expresidente es acusado de espionaje.

Según lo explicado a CNN, por parte de su analista lega y ex asesora de la fiscal general adjunta para la seguridad nacional, Carrie Cordero, «un espía normal, sería acusado en virtud de la ley de espionaje, pero de igual forma también puede ser acusado bajo esta ley una persona que retuviera indebidamente información de defensa nacional, lo cual aplica para el caso de Trump, que no es acusado de espirar para otros gobiernos, pero sí de retener información de seguridad nacional de forma indebida y voluntaria».