El debate sobre el uso de imágenes generadas por Inteligencia Artificial (IA) para difundir desinformación y manipular la opinión pública ha alcanzado un punto crítico, pues recientemente, una imagen que muestra al Pentágono en llamas ha generado una controversia al revelarse que fue creada por IA, lo que plantea preocupaciones sobre su autenticidad y el impacto en la opinión pública.

Aunque se desconoce quién publicó originalmente la imagen en Twitter, varias cuentas verificadas con la insignia de Twitter Blue la compartieron, lo que provocó pánico y la caída de mercados debido a la supuesta “situación de crisis”. Los avances en IA han permitido la creación de imágenes y videos cada vez más realistas, lo que ha impulsado la propagación de los “Deepfakes”, manipulaciones digitales que hacen que el contenido parezca auténtico.

La imagen del Pentágono bajo ataque es un ejemplo impactante de este fenómeno, por lo que la preocupación se encuentra en cómo estas imágenes generadas por la Inteligencia Artificial pueden ser utilizadas para difundir desinformación y manipular la percepción de las personas, por lo que en la era digital, es necesario poder distinguir entre contenido real y falso.

Por otro lado, existe el miedo de que las imágenes generadas por IA se conviertan en armas de propaganda en conflictos internacionales, lo que podría tener consecuencias desestabilizadoras y perjudiciales para la seguridad global.

Por lo que para controlar estos temas se le hace un llamado a los gobiernos y organizaciones internacionales a establecer regulaciones que controlen el uso de la IA en la generación de contenido visual, ya que es esencial tomar medidas para garantizar la autenticidad de las imágenes y proteger la confianza en la información difundida en los medios.