El martes pasado, un tribunal de Moscú, Rusia, condenó a cinco años y dos meses de cárcel a un colombiano identificado como Alberto Enrique Giraldo Saray, acusado de difundir noticias falsas sobre la campaña militar rusa en Ucrania.

Según la investigación, Giraldo Saray habría depositado varios dispositivos móviles en un centro de Moscú para un envío masivo por control remoto de mensajes con informaciones falsas sobre las acciones de las Fuerzas Armadas Rusas en Ucrania, por lo que las autoridades rusas detuvieron a Giraldo Saray en abril de 2022 y fue acusado de difundir noticias falsas sobre los ataques de rusia en Ucrania por encargo de Digital Humanity, una organización relacionada con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la cual está vetada en Rusia desde 2012.

Ante estas situaciones, el gobierno ruso ha impuesto duras sanciones a quienes usan los medios como herramienta para “difamar” al Kremlin, esto porque así lo quieren las autoridades. Desde Moscú el gobierno ha dado a entender que no consideran que la única forma de atacar sea con armas, por lo que el gobierno ha construido un “arsenal” para defenderse de los ataques en todos los sentidos, como los de las noticias en las redes sociales.

Este caso pone como ejemplo lo difíciles que son las relaciones internacionales y las tensiones entre los gobiernos de Rusia y los Estados Unidos, además, deja en evidencia lo importante que es la libertad de expresión y el derecho a la información en un mundo donde cada vez más está más interconectado y globalizado.