Las autoridades de Kenia han anunciado un triste descubrimiento en relación con la trágica secta religiosa que practicaba ayunos extremos en un bosque del sur del país para “conocer a Jesús”. Después de realizar autopsias a más de un centenar de cuerpos, se ha confirmado que todos mostraban signos de inanición, pero al menos tres menores y un adulto presentaban también rastros de estrangulamiento y asfixia, la Policía informó que este sábado se encontraron 22 nuevos cadáveres, lo que eleva el número total de presuntos miembros fallecidos a 201.
Rhoda Onyancha, comisionada regional de policía de la Costa de Kenia, declaró en una rueda de prensa que la operación de excavación de las fosas comunes se reanudará el próximo lunes, después de una semana en la que la cifra de víctimas no ha dejado de aumentar. Además, se ha detenido a un sospechoso más, elevando el número total de presuntos responsables a 26, también se ha informado que el número de personas desaparecidas ha aumentado a 610, con 72 personas rescatadas con vida hasta el momento.
La mayoría de las víctimas de lo que se ha denominado la “masacre de Shakaloha” han sido encontradas en tumbas y fosas comunes en el bosque, excepto por las personas que murieron en el hospital debido a su grave estado de salud. Las primeras investigaciones de la Policía sugieren que los fieles eran obligados a continuar con el ayuno, incluso si querían abandonarlo.
El líder de la secta, el pastor Paul Mackenzie Nthenge, junto con su esposa y otros 16 sospechosos, permanecerán bajo custodia durante varios días, esto después de lo ordenado por el tribunal de Shanzu. El presidente de Kenia, William Ruto, ha establecido una comisión de investigación liderada por la jueza Jessie Lesiit para esclarecer los hechos y determinar cualquier negligencia administrativa o de seguridad que pueda haber ocurrido.