El caso de Lexi-Rose Crawford, una mujer transexual que fue enviada a una prisión masculina en el Reino Unido después de haber abusado sexualmente de una joven, ha generado un intenso debate en la opinión pública. Crawford, de 24 años, ya había sido condenada a cuatro años de prisión por abusar sexualmente de una menor antes de su transición de género.
La decisión de enviar a Crawford a una prisión para hombres fue tomada después de escuchar el testimonio de la víctima, quien relató cómo Crawford la había sometido y abusado de ella. El juez Michael Longman también tuvo en cuenta los antecedentes de la mujer antes de su transición de género. La sentencia impuesta a Crawford ha sido de nueve años de prisión y la obligación de registrarse como delincuente sexual “indefinidamente”.
La decisión ha generado críticas por parte de organizaciones de derechos humanos y defensoras de los derechos de las personas trans, quienes argumentan que Crawford debería haber sido enviada a una prisión para mujeres. La organización de derechos humanos Amnesty International ha pedido una revisión del caso y ha señalado que “los derechos de las personas trans deben ser protegidos, incluyendo su derecho a ser tratadas con dignidad y respeto en el sistema de justicia penal”.
Por su parte, la organización de defensa de los derechos de las personas trans, Mermaids, ha criticado la decisión del juez Longman y ha señalado que la sentencia “puede tener graves consecuencias para la seguridad y el bienestar de las personas trans en el sistema penitenciario”.