Recientemente, se ha informado que las fuerzas militares ucranianas han logrado derribar un misil balístico hipersónico ruso del tipo Kinzhal durante un ataque nocturno sobre Kiev. El sistema de defensa antiaérea Patriot, proporcionado por potencias occidentales, ha sido la clave para interceptar este misil, considerado por Ucrania como imposible de derribar sin este nuevo sistema de defensa.
El Kinzhal es una “joya de la tecnología rusa”, capaz de volar a una velocidad 10 veces superior a la del sonido y recorrer distancias de hasta 2.000 kilómetros, su velocidad hipersónica y su ojiva lo convierten en un arma muy temible y es ideal para destruir objetivos fortificados. El anuncio de esta hazaña militar por parte de Ucrania ha sido tomada como una gran victoria para el país y una dura derrota para Rusia.
El presidente Vladímir Putin afirmaba que estos misiles eran “imposibles” de derribar, pero la intervención del sistema Patriot ha demostrado todo lo contrario, por tal motivo gracias a la ayuda de países occidentales, las fuerzas ucranianas están logrando localizar y neutralizar estas armas. En abril, Ucrania recibió las primeras unidades del sistema Patriot, aunque la cantidad exacta y la ubicación de despliegue aún se mantienen en secreto.
Por su parte, Alemania y Estados Unidos han confirmado el envío de al menos un sistema de defensa cada uno, mientras que Holanda ha mencionado que ha enviado dos, además del equipamiento, las tropas han recibido una amplia formación militar para utilizar de manera efectiva estos sistemas de defensa.