Más de 80 personas perdieron la vida y más de 300 resultaron heridas en una estampida humana en una escuela estatal de la ciudad de Saná, capital de Yemen.
El desastre fue provocado por un grupo de hombres que abrió fuego después de haber recibido cupones de un empresario local en un evento benéfico. El valor de los cupones era de unos 8 dólares, equivalentes a 5 mil riales yemeníes.
El primer ministro de Yemen, Abdulaziz Bin Habtour, y varios funcionarios relevantes visitaron la zona para investigar el suceso y encontrar una solución para que no vuelva a ocurrir. Además, el presidente del Consejo Judicial Supremo, Ahmed Al Mutawake, aseguró que el cuerpo judicial ha desplegado un gran número de investigadores, miembros del Ministerio Público y fuerzas de seguridad para tomar las medidas legales necesarias.
Amnistía Internacional (AI) pidió a los investigadores hutíes que investiguen las causas del incidente para garantizar la justicia para las víctimas y sus familias. Además, la organización invito a las autoridades hutíes a llevar a cabo una investigación rápida, exhaustiva, independiente, imparcial, transparente y eficaz, mientras que los presuntos responsables deben ser llevados ante la Justicia y las familias de las víctimas y los heridos deben tener acceso a recursos efectivos y compensaciones.
Este suceso se califica como una de las peores catástrofes no relacionadas con el conflicto civil en Yemen. La capital del país está controlada por los rebeldes respaldados por Irán desde 2014.
Esta tragedia es otro golpe triste para el pueblo de Yemen, que ya está soportando la peor parte de ocho años de conflicto armado y donde más de dos tercios de la población necesita asistencia humanitaria y las tasas de desnutrición infantil son alarmantes.