Según los estudios realizados por los investigadores del instituto Francis Crick del Reino Unido, el ADN humano conserva unas reliquias de virus antiguos que pueden ayudar a combatir el cáncer.
Este equipo busca ayudar al ser humano a luchar contra esta enfermedad tan común en el mundo, desarrollando una vacuna para curarlo y prevenirlo, basados en los estudios que demostraron los análisis realizados, en donde se ve que los restos latentes de estos viejos virus se activan al momento que las células cancerosas se salen de control y ayudan de forma involuntaria a combatir dicho tumor.
Estos científicos han notado una mejor resistencia frente al cáncer de pulmón, por sus células B, las cuales se agrupan alrededor del tumor.
Las células B, son las encargadas de fabricar anticuerpos para nuestro cuerpo humano y luchas contra enfermedades como el covid-19.
En un estudio realizado a personas que todavía estaban combatiendo este cáncer de pulmón, se pudieron dar cuenta que era un misterio, el profesor Julian Downwars, director de la asociación de investigación en el Instituto Francis Crick explicó: “Resultó que los anticuerpos están reconociendo restos de lo que se denomina retrovirus endógenos“.
Este retrovirus se la ingenia para invadir el cuerpo humano con una copia de instrucciones geneticas.
El ADN del cuerpo humano esta más o menos invadido en un 8% por este virus, alguno de estos retrovirus se comparte con el código genético de millones de años y la evolución de los grandes simios, este retrovirus pudo haber entrado en el ADN del ser humano hace miles de años.
Con el tiempo se ha tratado de combatir con esta enfermedad detectando a tiempo y así poder frenar su crecimiento, pero en muchos casos no es controlada y esta crece sin control.
La doctora Claire Bromeley señaló que, “Todos tenemos ADN viral antiguo en nuestros genes, heredado de nuestros antepasados, y esta fascinante investigación ha destacado el papel que desempeña en el cáncer y cómo nuestro sistema inmunológico puede reconocer y destruir células cancerígenas”.
La doctora Bromeley concluyó que todavía hace falta más investigación para desarrollar la vacuna contra el cáncer.