Alemania ha decidido apagar sus tres últimos reactores nucleares el día sábado, marcando así el fin definitivo de la energía nuclear del país.
La decisión de Alemania de apagar los reactores fue impulsada por el gobierno de Angela Merkel después de la catástrofe de Fukushima en 2011. Sin embargo, la reciente crisis energética ha abierto el debate sobre la energía nuclear, que hasta el apagado generaba el 5% de la electricidad consumida en Alemania.
Inicialmente, la desconexión de los últimos tres generadores estaba programada para el día 31 de diciembre de 2022, pero fue retrasada por el Ejecutivo presidido por el Socialdemócrata Olaf Scholz debido a vulnerabilidades detectadas en el sistema eléctrico durante los test de estrés.
Mientras las organizaciones de la industria alemana han alertado de las posibles consecuencias para un sector ya castigado por el elevado coste de la electricidad, por lo que más de veinte científicos han apelado a mantener en funcionamiento las últimas tres centrales para alcanzar los objetivos climáticos.
El experto en el mercado energético, Jonas Egerer, ha explicado que la falta de medidas para una transición hacia un sistema totalmente renovable ha llevado a una creciente dependencia del gas ruso.
A pesar de la incertidumbre energética, la experta energética Anke Herold se muestra confiada en que la producción que se pierde por las centrales nucleares puede ser compensada sin problema con energías renovables.
En 2022, los tres reactores activos generaron un total de 33 teravatios/hora, mientras que las plantas eólicas y fotovoltaicas de nueva instalación produjeron 20 teravatios/hora adicionales.
Herold afirma que el superávit en la producción de electricidad en 2022, de 26,3 teravatios/hora, lo que casi igualó el volumen generado por los tres reactores.