El Consejo Constitucional de Francia dio luz verde el pasado viernes a la controvertida reforma pensional propuesta por el Presidente Emmanuel Macron, lo cual desencadeno la indignación de los sindicatos y diversos sectores sociales, los cuales protestaron en las calles en todas las ciudades del país.

La reforma, la cual establece que la edad de jubilación se retase dos años a partir de 2023, fue recibida con abucheos y enormes manifestaciones frente a la Alcaldía de París, donde unas 3000 personas se reunieron para rechazar esta decisión del gobierno.

El gobierno Francés ya había anticipado que la medida se implementaría de forma inmediata, lo cual provocó indignación de los sectores sindicales y políticos, tanto de izquierda como de ultraderecha, que exigieron al presidente Macron que diera marcha atrás.

A pesar de que el Consejo Constitucional anuló algunas partes de la reforma, la validación de los puntos de clave de la ley representa una victoria para el gobierno.

Sin embargo, el rechazo a la solicitud de referendo por parte de la oposición cayó como “un jarro de agua fría” entre los detractores de la reforma.

Los sindicatos convocaron a una “movilización excepcional” para el Día Internacional de los Trabajadores el 1 de mayo, para reactivar el movimiento de protesta que ha disminuido desde su punto álgido en marzo.

Por otra parte, la oposición de izquierda presento una segunda solicitud de Referendo de Iniciativa Compartida, que será evaluada el 3 de mayo.

La decisión del Consejo Constitucional de avalar la reforma pensional de Macron ha generado una gran tensión social en Francia, y los sindicatos y la oposición política han comprometido intensificar sus protestas y acciones en los próximos días.