El juez federal conservador Matthew Kacsmaryk de Texas anuncio el día de ayer 7 de abril la suspensión de la autorización para comercializar la mifepristona (RU 486) en Estados Unidos, una de las dos píldoras utilizadas para el aborto, lo que prácticamente impide su prescripción.
Esta resolución menciona que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) violó el procedimiento adecuado al dar su aprobación a la mifepristona y que no tuvo en cuenta los “impactos negativos” del fármaco en la salud de las personas que lo toman.
Las autoridades federales tienen una semana para apelar esta medida, que ha sido impulsada por sectores conservadores del país.
Según el juez, la FDA fallo por completo en considerar los efectos psicológicos del fármaco o una evaluación de las consecuencias médicas a largo plazo del mismo.
La mifepristona fue aprobada por la FDA como método abortivo en el año 2000 y junto con el misprostol, son conocidos como la “píldora abortiva” o el aborto medicado.
Desde que la Corte Suprema de Estados Unidos revocó el fallo Roe v. Wade, que protegía el acceso al aborto a nivel nacional en junio del año pasado, el uso de estas dos píldoras ha aumentado significativamente.
Según los datos del Instituto Guttmacher, los abortos medicados correspondieron en 2022 al 54% de todos los abortos del país.
Esta suspensión en la autorización de la mifepristona podría tener un impacto significativo en el acceso del aborto, especialmente para las personas que viven en áreas rurales y tienen dificultades para acceder a los servicios de atención médica.
Ahora queda en manos de las autoridades federales apelar la medida para garantizar el acceso a los servicios de salud reproductiva en el país.