La detención del reportero del Wall Street Journal, Evan Gershkovich, por supuestos cargos de espionaje en Ekaterimburgo, Rusia, ha generado una gran controversia en el mundo del periodismo y la política internacional.
El Wall Street Journal publicó un reportaje exigiendo la liberación de Gershkovich y la expulsión del embajador Ruso en Estados Unidos y de los periodistas rusos que trabajan en el país.
Sin embargo, el presidente Joe Biden descarto la posibilidad de expulsar a los periodistas Rusos en Estados Unidos, pero hizo un llamado al gobierno Ruso para que libere al reportero Estadounidense.
El Kremlin, por su parte, afirmo que Gershkovich fue descubierto “con las manos en la masa” y advirtió a Washington que no tome represalias contra los medios rusos en Estados Unidos después de haber detenido al reportero Estadounidense.
Según el Kremlin, Gershkovich habría estado recopilando información sobre el Grupo Wagner, el cual es propiedad del oligarca yevgeny prigozhin, quien es cercano al presidente Ruso, Vladímir Putin, y ha sido el encargado de enviar mercenarios a Ucrania.
Gershkovich ha negado todas las acusaciones en una audiencia ante el tribunal de Moscú, aun así permanece en detención preventiva hasta el 29 mayo, con la posibilidad de que su detención sea prolongada en espera de un juicio que podría llevarlo a una condena de hasta 20 años de prisión.
La Unión Europea ha condenado la detención de Gershkovich y ha hecho un llamado al gobierno Ruso para que respete la libertad de prensa y el debido proceso legal.
Por tal motivo, el arresto de Gershkovich ha generado preocupación en la comunidad periodista internacional y ha llevado a muchos a cuestionar la situación de la libertad de prensa en Rusia.