Recientemente, el Papa Francisco fue dado de alta del hospital romano Gemelli, donde estuvo internado tres días debido a una bronquitis.

El Papa, de 86 años, fue despedido con aplausos y abrazo a una pareja que había perdido a su hija. Antes de dirigirse al Vaticano, el Papa Francisco detuvo su vehículo para saludar a los fieles y a los periodistas que estaban reunidos afuera del hospital.

El Vaticano confirmó que el Papa podrá realizar la misa de Ramos que se llevara a cabo el día domingo en la plaza de San Pedro, aunque debido a sus dolores en la rodilla, solo dará la ceremonia y después cederá su lugar al cardenal argentino Leonardo Sandri.

Antes de ingresar a su residencia en el Vaticano, el Papa Francisco se detuvo unos minutos en la iglesia de Santa María Mayor, la cual está ubicada en el centro de Roma y esto sería una tradición personal que cumple antes de cada viaje al exterior.

En una foto compartida por el Vaticano, podemos ver al Papa recuperado y muy sonriente, rociando con agua bendita la cabeza de un bebé.

Se sabe que el Papa Francisco fue tratado con antibióticos por una bronquitis infecciosa que produjo “su notable mejoría“.

 

La hospitalización del papa sorprendió al mundo y saco de nuevo a la luz el debate sobre su posible renuncia por motivos de salud.

Sin embargo, Francisco siempre ha dejado abierta la posibilidad de emular a su predecesor, Benedicto XVI, quien renuncio al cargo en el año 2013, pero sus mensajes sobre esta opción son ambivalentes

El papa es atendido constantemente por un equipo de médicos y enfermeros, ya sea en el Vaticano o durante sus viajes.