En una estación del Instituto Nacional de Migración (INM) en la frontera entre México y Estados Unidos, un incendio mato a 39 migrantes, la mayoría provenientes de Centroamérica y Venezuela.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López obrador, declaró que el fuego se inició durante una protesta de migrantes que habían sido informados de que iban a ser deportados.

Los migrantes colocaron colchonetas en la puerta del albergue y les prendieron fuego, sin imaginar las terribles consecuencias. El siniestro tuvo lugar en Ciudad Juárez, cerca del río Bravo, que divide los dos países.

Hasta el momento, no se han confirmado los nombres ni las nacionalidades de las víctimas, pero se sabe que se trata de migrantes que estaban en la estación del INM. La presencia de migrantes en la zona se ha intensificado este año, desde que Estados Unidos anunció nuevas medidas que incluyen la deportación inmediata de migrantes de Haití, Venezuela, Nicaragua y Cuba que lleguen por tierra bajo el Título 42.

El gobierno mexicano ha recibido críticas por su colaboración con las políticas migratorias de Estados Unidos, y por el despliegue de más de 20.000 elementos de las Fuerzas Armadas en las fronteras para tareas migratorias. Según organizaciones civiles mexicanas, 2022 fue el año más trágico para los migrantes en México, con alrededor de 900 muertes en el intento de cruzar sin documentos hacia Estados Unidos.

La región vive un flujo migratorio récord, con 2,76 millones de indocumentados detenidos en la frontera de Estados Unidos con México en el año fiscal 2022. Las autoridades mexicanas y la Fiscalía General de la República están investigando los hechos para proceder legalmente.

La tragedia ha conmocionado a la opinión pública, que exige justicia para las víctimas y una solución a las crisis migratoria en la región.